Don Quijote en la ciudadela
DE LOS PRINCIPIOS Y VALORES QUE GUÍAN A LECTORES Y ESCRITORES ANDANTES
Primero fue Don Quijote en la ciudadela de Juan Atalaya, ahora es Don Quijote en…la comuna, el barrio, el colegio, el municipio y la vereda: De los principios y valores que guían a lectores y escritores andantes. Conjugaremos la lectura, la representación escénica y la ilustración, el disfrute y la reescritura del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, todo desde la perspectiva de los valores que facilitan la coexistencia de seres, saberes y sueños variopintos.
De los principios
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artiremos de la certeza, comprobada con creces, de que la creatividad fluye entre niños y jóvenes; luego, sentamos los principios que nos mueven a seguir construyendo esta experiencia de lectura y escritura creativas:
1. Leer es valorar un texto, realidad, imagen, etc. En la escritura también se construye a partir de una jerarquía de valores.
2. El joven lee para otros, y eso hace más grata su lectura.
3. Leer desencadena otros movimientos: juzgar, valorar, hablar, compartir, escribir, reescribir, releer.
4. Es posible escribir para y con niñas y niños. Esta es una de las formas más lúdicas y gratificantes de escritura.
5. Don Quijote y Sancho hace tiempo que atravesaron el Atlántico; su posición, sus visiones y aptitudes se evidencian hoy en muchos habitantes de la ciudadela de Juan Atalaya en la Ciudad de los Árboles y en los hermosos parajes de nuestro Departamento.
6. Al leer no sólo se decodifica; también se traslada y traduce el texto al contexto del lector, su historia, emociones, paradigmas, símbolos culturales, circunstancias, acervo espiritual.
7. Todo proyecto de lectura y escritura debe tener un producto, tangible o intangible, en el que se vean reflejados los participantes; ha de ser adecuado para la comunicación, componente esencial del aprendizaje significativo y feliz. Por eso se reviven los valores y principios de Don Quijote, se reescribe la obra de Cervantes desde nuestro presente, a través de expresiones como el teatro, la pintura y la creación literaria.
8. Niñas, niños y jóvenes son lectores y escritores andantes, mal que les pese a los sabios encantadores que les tienen ojeriza.
El proceso [de los movimientos que tienen lugar cuando uno lee]
Al tiempo que repasamos las aventuras creativas realizadas en compañía del Ingenioso Hidalgo por los caminos de nuestros municipios, colocamos la mano en la frente para ver mejor cómo niños y jóvenes, lectores y escritores andantes, continuamos por los senderos del Norte de Santander reviviendo los valores que no han dado descanso por el mundo a caballero y escudero.
Adaptación: Don Quijote leído por Alonso el Bueno
El Ingenioso hidalgo se deja leer de muchas formas, en diversos momentos, por fragmentos y entregas a la lectura, porque es de esos libros “donde siempre está sucediendo algo”. Así es que una relectura en vacaciones de mitad y fin del año de 2004 tuvo uno de los efectos típicos de la lectura feliz: el deseo de hablar de lo leído, de contar, de escribir… en fin, de compartir. Además, no es preciso ser maestro para leer para alguien. Leemos para nosotros, claro; pero también para nuestros hijos o estudiantes, para los seres que amamos. Esta es una gratificación adicional.
Decidí, entonces, hacer la adaptación de Don Quijote para los niños más pequeños. Se trataba de mostrar cómo leería, ojearía y hojearía un niño al Ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha. El nombre del personaje actual fue Alonso el Bueno, el mismo nombre del caballero en el mundo de los cuerdos y, además, el nombre de un joven lector amigo. Así nació Don Quijote leído por Alonso el Bueno. El trabajo de hacer otra adaptación, que se sumara a las mil y una existentes, tuvo su justificación en el hecho de que no se encontró una versión infantil en las bibliotecas del barrio, y aquellas disponibles en papelerías eran muy costosas. Hizo las ilustraciones Luis Olinto Carrillo Vargas “Yeto”, un talentoso pero poco conocido artista, descubierto en Belén (el barrio).
Comparte el niño lector con el Caballero de la Triste Figura, la afición por el equivalente actual de las novelas de caballería: los superhéroes de las tiras cómicas y los dibujos animados del cine y la televisión. Escribí esa adaptación para comunicar a los niños mi descubrimiento de Don Quijote, sin pretender elaborar un “manual didáctico” de los valores allí presentes. Sin embargo, en una lectura a posteriori, pude percibir con claridad la presencia del hecho valorativo y la necesidad de comunicarlo: hallé pasajes explícitos en relación con los valores, actualizados, movidos en su historicidad. Valga como muestra un fragmento del subtítulo “Alonso lee la aventura de los molinos de viento y piensa quiénes son como Don Quijote hoy”:
Alonso quedó con el libro abierto sobre el escritorio y se dio a pensar quién se atreve hoy, como Don Quijote, contra los molinos de viento. Entonces pasaron por su mente imágenes de modernos quijotes frente a terribles molinos: por ejemplo, la organización ecologista internacional Greenpeace y su velero "Guerrero del arcoiris", enfrentado a un gigantesco barco carguero repleto de desechos tóxicos; un hombre solo cerrando el paso a los tanques de guerra en una plaza de China; un grupo de indígenas deteniendo la exploración de petróleo en su territorio sagrado; o una mujer pequeña y humilde que se dedica a servir a los más pobres entre los pobres: la madre Teresa de Calcuta.
Pensó Alonso que existen otras voces, otros seres, tal vez desconocidos, trabando combate contra los modernos molinos de viento, gigantes que amenazan la limpieza del planeta, los derechos de niñas y niños, de mujeres y ancianos, de grupos indígenas y otras minorías maltratadas por sus creencias, raza, condición social u opinión política.